Amarinar un velero

 Por E. Estévez

Amarinar un velero 
Lo que no cuenta el manual

MI BARCO ¿PUEDE NAVEGAR LEJOS?


Usted, al igual que todo propietario de velero, ha soñado alguna vez navegar lejos. ¿No es así?

Es así. 

Todo propietario de velero, antes de la adquisición, durante, o después de la misma, ha soñado con el mar y navegar lejos. Ha soñado arribar a paisajes remotos con aguas de azul intenso y deslumbrante espuma blanca. Ha soñado atracar en una playa de ensueño, con arena fina y vegetación exótica.

Pero al regreso del sueño, su porción de conciencia estrechamente conectada con la realidad, lo ha traído nuevamente a la tierra, enumerando a su oído las razones por las cuales usted debería abandonar esas “locas ideas” náuticas de ensueños de alta mar.


ARGUMENTOS

Entre las argumentaciones de su “súper yo”, (estrato de la conciencia conectado con las responsabilidades), figuran las siguientes:


1) - Escasa capacitación en conocimientos teóricos. 

2) - Escasa o nula experiencia en millas de agua salada.

3) - Barco no apto para alta mar y/o largas navegaciones.


SOLUCIONES


1) - Escasa capacitación en conocimientos teóricos: 

La solución consiste en inscribirse en algún curso de navegación avanzado; comprar manuales de Patrón de Yate de autores diversos; conseguir manuales de navegación con mal tiempo; manuales de navegación de largo aliento; relatos de navegantes solitarios, etc.


2) - Escasa o nula experiencia en aguas saladas: 

La solución consiste en suscribirse a la tripulación de quienes ofrecen viajes de instrucción con el objeto de foguearse y sumar millas y experiencia suplementaria.

Es decir, todo solucionable y superable con un poco de esfuerzo intelectual para incorporar teoría, y un poco de esfuerzo físico para incorporar experiencia.

Lo que no es solucionable con libros o navegaciones, es el 3° argumento de los enunciados.


3) Barco no apto para alta mar

La solución no consiste en censurar a su barco tildándolo de poco marinero o no apto para largas navegaciones. La solución consiste en proveer a su barco de aditamentos e instalaciones que lo adapten a la performance de mar y/ o de largo aliento.


AMARINAR EL BARCO


Su barco, aún de poca eslora o de astillero de poco renombre, puede llegar a ser muy marinero. Pero para cumplir su misión marinera con solvencia, requerirá de aditamentos, refuerzos y pertrechos adicionales que usted mismo puede instalar. Estas reformas abarcan jarcia – mástil – velas - cubierta - casco – accesorios – anclas - electrónica – cartas de papel.


JARCIA: 


Realice un repaso exhaustivo de la misma. Suba al mástil y revise el arraigo de obenques y stays con sus correspondientes pernos y chavetas. Si a lo largo de esos cables, halla un sector áspero o deshilachado, no dude en cambiarlo.

Observe el lugar exacto en que los obenques ingresan en el terminal que va al tensor, ése es a veces el lugar en que flexa e ingresa agua con el correspondiente óxido, deshilachado, o hebra cortada.

No está demás agregar un stay adicional en proa, que por ir por debajo del principal, recibe el nombre de stay de trinquetilla. Así se llama el foque envergado en él. Su función es la de ofrecer una alternativa mas al velamen, oficiar de principal si aquel llegara a cortarse preservando el palo. Y además, propiciar un segundo propulsor de proa formando un túnel de viento entre ambos foques o genoas.


MASTIL: 


Si posee un mástil exagerado para la eslora, considere que muchos astilleros actuales sobrevelan la embarcación para hacerla mas veloz y tener más adeptos a sus modelos. Si su mástil es ese caso, además es fraccionado y está muy curvado hacia popa, no vendría nada mal cambiarlo por uno de crucero, es decir: más sólido y menos alto. O quizás cercenar parte de su altura, lo que lo llevará a bajarlo y modificar los arraigos y las velas.

No estaría mal instalarle estribos. La mayoría de los barcos oceánicos los llevan ya que en la eventualidad de una driza atorada en la cajuela del tope del mástil, usted agradecerá poder subir con mayor seguridad.


VELAS:


Las velas de su barco son importantes, pero debe darles un descanso y dejarlas de repuesto. Provéase de otra mayor y otra genoa. Si su presupuesto no da, no hace falta que sean nuevas. Adquiera usadas. Si fueran de mayor onzas, (espesor), mejor. Las manda a recortar. Provéase además de un foque y un tormentín. Si pudiera conseguir una mayor de capa, no estaría nada mal. De lo contrario, prepare una. Recuerde que la mayor de capa no lleva sables, porque su baluma no es con alunamiento, (no tiene convexidad hacia afuera). Va por sobre la mayor aferrada a la botavara y por encima de ésta separada de la gancera con un strobo, (cabito metálico con dos gazas). Y su puño de escota, lleva dos escotas fuertemente aferradas a arraigos de popa que bien pueden ser los del spi o simplemente las cornamusas de popa.


CUBIERTA:


Repase visualmente la unión del casco con la cubierta. Esto se logra desde el interior. Algunos ejemplares vienen con escaso refuerzo. En ese caso, no dude en abulonar con inoxidable todo alrededor dicha unión. Debe luego desde arriba, aplicar masilla y pintura por cuidado de la estética.

Si sus pasillos y superficies a proa y popa fueran poco adherentes para las suelas de su calzado, no dude en aplicar gelcoat con arenilla, de modo de devolver la aspereza. Otra alternativa es adquirir planchas de goma Eva rugosa y pegarla con cemento de contacto, dejando canales para el escurrido del agua. Esto preserva de resbalones y caídas, a la par que hace las veces de aislante térmico.


CASCO:


Saque el barco del agua y revise pasacascos y esclusas. Durante la navegación sería muy penoso que alguno se rompiese. Revise también bisagras del timón si tuviese skegh. De paso reviente aquellas ampollas, déjelas drenar un par de días. Masille y vuelva a dar dos o tres manos de bituminoso. Invierta en un buen antifowling, (pintura repelente de crustáceos), que sea para agua de mar.

No olvide cambiar las abrazaderas de todas las mangueras y permutarlas por abrazaderas de inox. Además, en donde va una abrazadera, va su gemela. Todas las mangueras con doble abrazadera. De cumplir todos con esta regla, se habrían evitado muchas inundaciones interiores y naufragios.


ACCESORIOS:


Se dice que para efectuar largas navegaciones, todo debe proveerse doblemente. Es decir: el doble de velas, el doble de anclas, el doble de agua, el doble de gas, el doble de alimentos, el doble de combustible, el doble de cabos… etc.

Coloque baterías suplementarias e instale artefactos que les provean carga adicional mas allá de la del motor, ya que en alta mar no dispondrá de la energía eléctrica de su marina. De modo que coloque un arnés en el balcón de popa que le sirva de portador de paneles solares, de arraigo del cargador eólico y de armazón para el bimini, (lona parasol para el timonel y acompañantes).

Paneles solares y cargador eólico mantendrán las baterías cargadas. El primero cuando hay sol, el segundo en ausencia del mismo.

Coloque dos andariveles a babor y estribor en cada pasillo y de proa a popa. No los haga de cabos, sería el camino directo a resbalar y caerse. Hágalos del mismo material de los arneses, (cinturones de seguridad). Cumplirán una seguridad fundamental en los casos en que se va a proa durante mala mar o en condición de nocturnidad.


ANCLAS:


A su vieja ancla Danforth, no la descarte. Es necesario que adquiera otras dos, para formar el terceto de fondeo. Ya que existen modelos para todo tipo de fondo, adquiera una para fondos duros, (puede ser una ancla de cepo); y adquiera otra para fondos intermedios o variados, (pueden ser de arado, delta o CQR). No olvide proveerse de 20 o 30 mts de cadena por si en alguna oportunidad las circunstancias lo requieran, como pasar la noche en un fondeadero con gran profundidad, o pasar la noche con viento y marejada, (o simplemente para salvar su barco de un abatimiento hacia una costa rocosa en un fatídico momento de quedarse sin motor y sin velas).

Cabos de fondeo con metros en abundancia. Si no puede adquirirlos nuevos, recurra al mercado del usado, pero con un chequeo de resistencia previo.

De más está decir de acopiar grilletes, pastecas, bulones, tornillos, mordazas, poleas, arandelas y tuercas del consabido y admirado acero inoxidable.


ELECTRÓNICA


En su mesa de navegación, (mesa de cartas), no deberá faltar su radio VHF. Coloque además una BLU o alguna de onda corta. En su defecto, adquiera un teléfono satelital, ya que por su intermedio, en medio del mar podrá comunicarse con tierra. Adquiera y coloque un AIS, todo barco mercante que merodee en determinada cantidad de millas a su redonda, aparecerá en su pantalla con su nombre y matrícula. Y dependiendo del AIS que coloque, usted también aparecerá en las pantallas de sus vecinos. Un chart plotter no vendría nada mal, ya que su barco aparecerá en tiempo real rodeado de aquellos obstáculos que a usted le están quitando el sueño. 

Renueve o adicione una sonda electrónica acorde a las circunstancias.


CARTAS DE PAPEL


No olvide proveerse de las cartas de la o las zonas que espera visitar. El trabajo en ellas es muy sano en términos de “training”, (entrenamiento), para nunca olvidar su procedimiento…por si la señora electrónica desea ausentarse repentinamente en el peor momento.

Si no las consigue, consulte en los foros quien las posee. Solicíteselas y realice fotocopias a color en alguna gráfica.

También prismáticos y el compás de mano con su pínula. Uno nunca sabe en qué circunstancia pueden ser de gran utilidad.


TODOS PUEDEN


Existe en la historia de la navegación innumerables navegantes quienes, con embarcaciones pequeñas, han realizado navegaciones impensadas, algunas inigualables, y la gran mayoría dignas de admiración.

Los humanos, somos todos instruibles y potenciales deportistas. Sólo necesitamos que profesores y/o entrenadores nos prodiguen instrucción y nos provean de aditamentos específicos.


Al igual que los humanos, los barcos son todos marineros y potenciales raidistas. Sólo necesitan de propietarios que les prodiguen preparación y aditamentos específicos.


Y así propietario y barco, unidos por igual en la preparación y la sed de millas, lograrán juntos ser protagonistas de sus sueños.

E. Estévez

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